En esta etapa se establecen las monarquías dinásticas que heredan el poder en línea vertical a los descendientes. Si bien, los dirigentes sociales de cualquier civilización comienzan por ser "naturales", sea por elección o por consecuencia, aquí la imposición comienza a evidenciarse.
Los títulos de jefes comienzan a mezclarse con la idea de interacción religiosa, divina... con los dioses.
Son muchas las especulaciones sobre la ruina de los mayas. Una de ellas implica al "poder", pues el desarrollo fortaleció a ciudades que se desligaron de una u otra manera del resto de la población maya, y por ende, creara conflicto social y económico. La historia misma confirma que el crecimiento social que se traduce en división marca una gran tendencia de debilitamiento de la cultura misma.
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